¿Qué pensarías si un día pides un
café en tu cafetería habitual y el camarero te pidiera 6 euros por él? Probablemente
pensarías que se ha vuelto loco, y le replicarías que un café no vale más de un
euro y medio. Y sería lógico, ¿por qué motivo deberías pagar tanto por un
simple café?
La cuestión entonces es: ¿Por qué millones de clientes en todo el mundo estén dispuestos a pagar esa suma por tomar un café en Starbucks Coffee?
La cuestión entonces es: ¿Por qué millones de clientes en todo el mundo estén dispuestos a pagar esa suma por tomar un café en Starbucks Coffee?
Muy sencillo. El error está en
pensar que lo que Starbucks Coffee vende son cafés.
No, en absoluto. Lo que Starbucks vende son experiencias de consumidor, no cafés. La estrategia de la compañía, especialmente desde el retorno de su CEO Howarth Schultz, es bastante clara: Starbucks busca crear un ambiente dentro de sus establecimientos agradable, relajado, hogareño, familiar incluso... un lugar donde poder realizar un trabajo (no en vano, los primeros Starbucks se ubicaron cerca de universidades) o donde poder quedar en tu
No, en absoluto. Lo que Starbucks vende son experiencias de consumidor, no cafés. La estrategia de la compañía, especialmente desde el retorno de su CEO Howarth Schultz, es bastante clara: Starbucks busca crear un ambiente dentro de sus establecimientos agradable, relajado, hogareño, familiar incluso... un lugar donde poder realizar un trabajo (no en vano, los primeros Starbucks se ubicaron cerca de universidades) o donde poder quedar en tu
primera cita. Un sitio
donde hablar cómodamente y sin prisas. Con Wifi gratuito para navegar por
internet con tu ordenador portátil. Con música indie suave para crear sensación de ambiente relajado. Camareros amables
y sonrientes que te ayudan a elegir el sabor del café que más te apetezca ese
día. Y por supuesto, una marca, un logotipo genial siempre presente, para
construir en las mentes de sus clientes la idea de ser una cafetería de prestigio.
Ser cliente habitual de Starbucks se asemeja un poco a ser miembro de un club
selecto, te proporciona un cierto status, y el status siempre está ligado a precios
altos. Y los clientes estamos dispuestos a pagar más para sentirnos especiales.
La experiencia de consumo, por
tanto, es el verdadero producto de ofrece Starbucks. La idea central del asunto
es que cada cliente que entre por la puerta debe apreciar todo el proceso tanto
de compra del café como de disfrute del establecimiento. Los clientes deben
sentirse tan satisfechos cómo para que la próxima vez que se repita la
necesidad (una reunión informal, el
informe que tiene que entregar el lunes, la charla semanal con los colegas, el
artículo para el blog...) sea en Starbucks en quien se piense en primer
lugar para satisfacerla.
¿Qué me dicen, están ustedes
dispuestos a pagar 6 euros por una experiencia así? Los más de 20 millones de
clientes anuales que avalan a Starbucks si.
Algo tendrá el café cuando lo bendicen.